Hoy de nuevo el aula se ha llenado de las risas, las voces y
la alegría de los niños. Por un lado pensaba, se acabo el silencio permanente
que se ha respirado todo este tiempo en el aula. Pero echaba de menos su
presencia en el día a día de mi clase. Después de todo vivo en ella. Y la calidez de un hogar, del lugar donde
trabajamos, de un cole….. o de cualquier edificio no lo da la estructura
física, las paredes, ni la decoración…. La verdadera calidez lo dan las
personas que conviven en ellos, las relaciones que se establecen entre ellas,
las experiencias compartidas, aprender de
aquellas cosas en las que coincidimos y especialmente de nuestras diferencias.
Y estas pequeñitas personillas con sus
risas, sus voces chillonas y sus ganas
por aprender y vivir cada segundo con la intensidad propia de la infancia, dan
vida a mi pequeño hogar.
Hoy se notaba un ambiente diferente al de hace un año. La
cara de preocupación y de angustia de los padres cuando entraban por primera
vez en tres años ha dado paso a una entrada mucho más relajada que el curso
pasado. Todos nos conocemos ya, y confiamos unos en los otros como hacemos con
la gente que queremos.
Ya estamos preparados para empezar nuevos aprendizajes
juntos, seguros que colaborando unos con otros todo será mucho más fácil y
divertido.
Os dejo chicos. Tengo que preparar algunas sorpresas para
mañana. Pero antes os dejo el enlace la referencia de la primera canción que vamos a cantar juntos en clase. Espeo que os guste. Y si alguien se siente perjudicado que nos lo indique y lo quitamos.
Un besito Gertrudis.
Un besito Gertrudis.
Mucha suerte para este nuevo curso. Patricia
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